Cuidado de Pie con Artritis
Los principales tipos de artritis que afectan el pie y el tobillo son la osteoartritis, la artritis reumatoide y la artritis postraumática.
Osteoartritis
La osteoartritis, también conocida como artritis degenerativa o "desgaste", es un problema común para muchas personas después de alcanzar la edad media, pero también puede ocurrir en personas más jóvenes.
En la osteoartritis, el cartílago de la articulación desaparece gradualmente. A medida que el cartílago se desgasta, se vuelve deshilachado y áspero, y el espacio protector entre los huesos disminuye. Esto puede resultar en el roce de los huesos en el hueso, y producir osteofitos dolorosos (espuelas óseas).
Además de la edad, otros factores de riesgo para la osteoartritis incluyen obesidad e historia familiar de la enfermedad.
La osteoartritis se desarrolla lentamente, causando dolor y rigidez que empeoran con el tiempo.
Artritis reumatoide
(Arriba) La osteoartritis que ha progresado hasta el hueso frotando en el hueso y los espuelas del hueso. (Inferior) La inflamación de la sinovia y la deformidad articular son signos de artritis reumatoide.
Reproducido del Almanaque Cuerpo. © Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos, 2003.
La artritis reumatoide es una enfermedad crónica que puede afectar a múltiples articulaciones en todo el cuerpo, ya menudo comienza en el pie y el tobillo. Es simétrico, lo que significa que por lo general afecta a la misma articulación en ambos lados del cuerpo.
La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune. Esto significa que el sistema inmune ataca sus propios tejidos. En la artritis reumatoide, las células inmunes atacan la sinovia que cubre la articulación, causando que se hinche. Con el tiempo, la sinovia invade y daña el hueso y el cartílago, así como ligamentos y tendones, y puede causar graves deformidad articular y la discapacidad.
La causa exacta de la artritis reumatoide no se conoce. Aunque no es una enfermedad hereditaria, los investigadores creen que algunas personas tienen genes que los hacen más susceptibles. Generalmente hay un "desencadenante", como una infección o factor ambiental, que activa los genes. Cuando el cuerpo está expuesto a este desencadenante, el sistema inmunológico comienza a producir sustancias que atacan las articulaciones.
Artritis postraumática
La artritis postraumática puede desarrollarse después de una lesión en el pie o el tobillo. Las luxaciones y las fracturas -especialmente aquellas que dañan la superficie de la articulación- son las lesiones más comunes que conducen a la artritis postraumática. Al igual que la osteoartritis, la artritis postraumática hace que el cartílago entre las articulaciones se desgaste. Puede desarrollarse muchos años después de la lesión inicial.
Una articulación lesionada es aproximadamente siete veces más probable que una articulación no lesionada a convertirse en artritis, incluso si la lesión se trata adecuadamente. De hecho, después de una lesión, su cuerpo realmente puede secretar hormonas que estimulan la muerte de sus células del cartílago.